Road to Perdition

Road to Perdition

viernes, 29 de abril de 2011

Cuando Hamlet perdió su martillo


La película que aquí nos ocupa no es otra que Thor, la incursión de Kenneth Branagh en el universo de los estudios Marvel. Cuando pienso en esto no paro de preguntarme: ¿Por qué? A quien se le ocurrió la idea de que un artesano del cine y el teatro cuyo estilo más característico son las obras de Shakespeare (Hamlet y Enrique V) y las películas pequeñas de bajo presupuesto al estilo de la Nouvelle Vague (Los amigos de Peter), podría estar a la altura de los mejores directores de la casa Marvel como Jon Favreau (Iron Man).

Que el trasfondo de Thor sea un rey que destierra a su hijo y que luego su otro hijo trate de hacerse con el poder en el reino y matar a su hermano no significa que sea un producto ideal para Branagh. Thor no es una mezcla entre El rey Lear y Ricardo III, sino un “Superman” con algo más de profundidad en su historia y personajes.

Con respecto a la película en sí me parece que su principio es prometedor, pero se va desinflando poco a poco (al igual que con el tiempo se hundió el reinado de Macbeth), salvo algunos bien planificados y elegantes movimientos de cámara que le sirven a nuestro director para lucir el 3D y demostrar que ha aprendido a usar los efectos especiales con soltura e ingenio. Todo es tridimensional en la película, excepto la actuación de Chris Hemsworth (Thor), a veces plana, a veces sin nada. El resto del reparto esta correcto y bien situado en sus papeles como Anthony Hopkins y Natalie Portman.

Branagh dirige correctamente sin sorprendernos esta adaptación, cuyo problema no es el estilo de la dirección (solvente y sin desviarse del estilo Marvel), sino su guion y un superhéroe que es el Superman de Marvel, sin ningún interés propio. Como se nos indica al final de la cinta, la película no es más que una bisagra hacia esa otra película que cada vez me apetece menos, `Los vengadores´.

Mientras tanto, para olvidarnos de la indiferencia que nos produce Thor, deberíamos volver a ver Enrique V y Hamlet, para recodar que Branagh es y siempre será un auténtico Dios del teatro y el séptimo arte.

miércoles, 13 de abril de 2011

Happy thank you more please


Josh Radnor protagonista de cómo conocí a vuestra madre (sin duda una de las mejores y mas logradas sitcoms de la televisión) da su gran salto a la gran pantalla como guionista/director y actor con esta comedia Indie de excelente factura y que además goza de una credibilidad admirable.

Radnor nos sumerge en tres historias cruzadas sobre neoyorquinos treintañeros que buscan a través del amor la manera de encontrarse a ellos mismos y su lugar en el mundo. Radnor expresa sentimientos de soledad y vacío hacia mundo en el que viven sus personajes y las maneras que tienen de llenar sus vidas de felicidad. Esto último es importante ya que Happythankyoumoreplease es ante todo un canto al optimismo y a la felicidad.

El debut de Radnor esta secundado por personajes creíbles interpretados a la perfección por: Zoe Kazan, Pablo Schrieber, Kate Mara, entre otros. Aunque el personaje de Radnor (Sam) podría considerarse una extensión de su personaje en Como conocí a vuestra madre (Ted). Su estilo y buenas formas convierten a la película en el arquetipo perfecto de cine independiente americano. Sin olvidar ciertas influencias como 500 días de verano de Marc Webb (comedia romántica de 2009), así como cierto aire al Woody Allen más puro y cosmopolita (neoyorquinos que dudan sobre el amor y la gran ciudad de Nueva York siempre presente como un protagonista más).

La banda sonora de la cantante Indie pop Jaymay se une con la película de tal manera que consigue dotar de ritmo y elegancia a algunas de las mejores escenas del film. En definitiva Radnor promete y mucho, habrá que estar atentos a su carrera como cineasta.

miércoles, 6 de abril de 2011

En un mundo mejor


La película de Susane Bier tratada dos historias que se desarrollan dentro de la misma familia pero en lugares opuestos del planeta. Una tiene lugar en Dinamarca, es la historia de un niño que sufre abuso escolar por parte de sus compañeros, por lo que él y uno de sus compañeros llevados por la presión y ante la pasividad de sus mayores comienzan a reflexionar sobre la situación y a entender el ojo por ojo como única forma de acallar el comportamiento abusivo de aquellos que creen que por violentos el mundo les pertenece. La otra historia se desarrolla en un país africano, un médico danés se encuentra ayudando en un campo de refugiados de guerra, tratando de curar las heridas provocadas por los tiranos de la zona, que impunemente campan a sus anchas matando a mujeres y niños.

Ambas historias están muy bien tratadas, aunque tengo la sensación de que Bier nos quiere centrar más en la historia sobre el acoso de los niños y su sentido de la justicia, como si quisiese mandar el mensaje de que si no se escucha y ayuda a los jóvenes, no podemos hacer nada frente a las injusticias provocadas en África por personas impasibles que frente al dialogo son incapaces cambiar su perspectiva ya que esta no fue transformada cuando debería.

La película resulta dogmática en algunos aspectos, aunque por suerte solo se queda con la mejor parte que el cine dogma ha sabido aportar al arte cinematográfico: Su verosimilitud y credibilidad en las historias, para hacerlas cercanas y conmovedoras. Esta para mi es la única ventaja del Dogma95, ya que sus normas técnicas de realismo cinematográfico son absurdas y sin sentido. Digo esto porque creo que el cine debe resultar conmovedor y creíble, pero a la vez diferente a la realidad usando las armas de la ficción.