
Creo que la mejor manera de definir El topo es como una historia de sutilezas, de detalles y miradas. Este es el espíritu que se vivía en la Guerra Fría, el desconocimiento absoluto de los amigos y enemigos, el constante temor a las represalias del bando contrario, un clima de tensión cargado de una poderosa atmosfera claustrofóbica que puede explotar en cualquier momento.
En su debut hollywoodiense Tomas Alfredson (Déjame entrar) narra la historia de la novela de espionaje escrita por Le Carré ambientada en la cúpula central del MI6 (Circus) donde los soviéticos han infiltrado un topo. El encargado de encontrar a el topo infiltrado por Moscú será George Smiley (Gary Oldman) un ex espía retirado, cansado de la vida, asocial y con una mujer infiel. Sin embargo este en apariencia cansado anciano es un brillante genio conocedor de los secretos del hombre.
Ni a Alfredson ni a Le Carré les interesa en exceso la identidad del topo, para ellos es una historia de espías en el sentido mas clásico que narra la lucha de dos mentes privilegiadas del espionaje, uno en Londres (Smiley) y el otro en Moscú (el enigmático Karla, al servicio del KGB). Acertadamente nunca vemos a Karla, lo cual permite que el espectador pueda crearse una imagen propia del carismático archienemigo de Smiley. Gary Oldman consiguió el suculento papel del agente Smiley contra todo pronostico, ya que el actor británico siempre se ha caracterizado por sus papeles histriónicos (El Quinto Elemento, Drácula, etc…). En contraposición el personaje de Smiley es un papel calmado, sutil, que no necesita de largos textos para mostrar su personalidad, es ante todo un personaje hipnotizante que solo requiere una mirada para decirlo todo, y al mismo tiempo te preguntas que estará pensando.
Lo mas destacable de El topo, además de un reparto estelar de secundarios que acompañan a Gary Oldman (Colin Firth, John Hurt, Toby Jones…), es su poderosa y opresiva atmosfera cargada de tensión y amargura, transmitiéndonos en espacios cerrados y grises cubículos de oficina del MI6 la claustrofóbica sensación de que no podemos confiar en nadie.