
Acabo de ver Buried, según creo la pelicula española con mas copias vendidas en todo el mundo (alrededor de 4000). Es interesante la sensación mientras ves una pelicula y piensas que se convertirá esta en una obra maestra. En mi opinión Buried lo consigue y con buena nota, nos demuestra que para hacer películas de calidad a la par que entretenidas no se necesitan grandes escenarios y efectos especiales. Basta con una buena historia y en este caso 7 modelos diferentes de ataúdes para realizar los travelling y planos imposibles que suceden dentro del ataúd.
La película narra la historia de Paul Conroy (Ryan Reynolds) un transportista de camiones en Irak que es secuestrado y se despierta enterrado en un ataúd bajo tierra, en esta situación Paul deberá sobrevivir encontrando consigo en el ataúd tan solo de un móvil, una linterna y un zippo. La película comienza con la pantalla en negro y solo oímos la respiración de Paul, desde aquí comenzamos a empatizar con el protagonista y a contemplar sus desesperados intentos por contactar con alguien que pueda ayudarle a través del teléfono móvil.
A pesar de que la película se desarrolle en Irak no me transmite la sensación de crítica política hacia la guerra, aunque refleje la intrincada burocracia del sistema no pretende aleccionarnos tan solo identificarnos con Paul y pensar que haríamos nosotros en su lugar.
El director Rodrigo Cortes nos introduce en una película experimental a la altura del Hitchcock de Náufragos (pelicula que se desarrolla en una barca todo el tiempo) y La soga (rodada en un plano secuencia). Son muy meritorios los planos imposibles dentro del ataúd y la profundidad que es capaz de crear sin salir de el. Y lo que tiene aún mas merito, es capaz de contarnos la historia correctamente y sin momentos aburridos en la narración sin ayudarse flashbacks para sacarnos del ataúd. También destacar la labor del brillante director de fotografía Eduard Grau que ya demostró su valía hace un año con la película de Tom Ford `A Single Man´, me encanta como es capaz de hacer un iluminar el ataúd valiéndose tan solo de el zippo, el móvil, la linterna y aun así ser capaz de contar una historia mediante la luz.
Finalmente debo decir que me sorprende que ningún director se hubiese atrevido a realizar una película de este tono. Solo puedo encontrar su referente en Tarantino cuando en Kill Bill Vol. 2 Uma Thurman esta enterrada viva en el cementerio, pero solo son unos minutos y se vale de un flash back para sacarnos de ahí. También de Tarantino se me ocurre el capitulo que escribió y dirigió para CSI: Las Vegas llamado Grave Danger. Pero nadie se había atrevido a hacerlo como Rodrigo Cortes. Supongo que Hitchcock estaría orgulloso de su fiel discípulo.
No hay comentarios:
Publicar un comentario
Opina